70 cumpleaños de La Rondalla Seguntina


Sigüenza. 24 de diciembre de 2021. Después de un año de ausencia, volvía ayer, la Gran Ronda de Navidad, que convoca cada año la Rondalla Seguntina. A partir de las siete de la tarde, Sigüenza acudía a una de las citas ineludibles de su programa navideño, como es la gran Ronda de la Navidad, que salió de la placita que lleva su nombre.

La Rondalla Seguntina está, en 2021, de Aniversario, por cumplirse hace unos días el vigésimo aniversario de su Concierto de Navidad, y en estos días otras dos efemérides más: el décimo aniversario de la Gran Ronda, y también el septuagésimo de su refundación, por dos amigos, Pepe Cerezo y Pedro Pardillo.

Como no podía ser de otra manera, la Gran Ronda comenzaba con la Nochebuena Seguntina, según las indicaciones del presidente de la Rondalla, Miguel Puertas.  Decenas de seguntinos subían, a continuación, en dirección a la Plaza Mayor.  Guitarras, bandurrias, laudes, y el famoso “hierro”, o percusión, seguntino sonaban, primero por la Plaza de Don Hilario Yabén y después por la calle del Cardenal Mendoza, hasta llegar a la Plaza Mayor, en una tarde en la que el suelo mojado reflejaba bellamente las luces de navidad.

También los integrantes de otras formaciones musicales de la ciudad se añadían a la comitiva. Todos los seguntinos confluían en la Plaza Mayor, donde sonaban las coplas inventadas de la Nochebuena Seguntina.

Y, aunque no hacía mucho frío para lo que suele ser habitual en estas fechas, los presentes disfrutaron de un caldito caliente, un vaso de vino, bocadillo de jamón y unos bollos, que ofrecían los integrantes de la Rondalla.

Por supuesto, la ronda terminaba con el otro clásico de la Navidad local, como es el villancico de Las Doce Palabritas. Las concejalas de Cultura y de Festejos del Ayuntamiento de Sigüenza, Ana Blasco y Conchi Huelves, felicitaban a los integrantes de la Rondalla, por “llevar 70 años alegrando la vida de nuestra ciudad con su música, y siendo un baluarte de nuestras tradiciones”, señalaban.

La historia de la Rondalla seguntina es “la de un batallón de hombres y mujeres, mayores, jóvenes y niños que se comprometieron con la música y con su pueblo, que dedicaron muchas de sus horas, sacrificando su tiempo libre, al ensayo de canciones y de bailes para que el público disfrutara aquí y allá”. Así es como la definía José Cerezo, principal valedor de la música popular en la ciudad durante los últimos sesenta años y refundador de la Rondalla, en el prólogo del libro que a esta cuestión le dedicó Javier Sanz Serrulla: La Rondalla Seguntina (Aache Ediciones, 2008).

La Rondalla ha paseado a lo largo de sus 70 años de historia en su formación actual el nombre de Sigüenza por buena parte de España, e incluso allende nuestras fronteras, como en Saint Livrade Sur Lot, la ciudad francesa hermanada con la del Doncel. Sin embargo, los músicos locales se han sentido siempre particularmente a gusto anclados a las piedras venerables de la Plaza Mayor de Sigüenza.

Hay documentación escrita que atestigua la rondalla de guitarras y bandurrias dirigida por el reputado profesor Don Miguel Corrales Cerezo iba a realizar la diana floreada en la mañana del 17 de agosto del año 1897.  En aquella época fue Corrales Cerezo quien mantuvo viva la música popular seguntina, refundando la Rondalla con motivo de los actos del VIII centenario de la Reconquista de la ciudad por el Obispo Don Bernardo de Agen. Aunque la fecha se corresponde con el día 22 de enero, los festejos se trasladaron a otra época más generosa meteorológicamente hablando. El 29 de mayo de 1922 se convirtió, por ser menos frío, en otro día histórico. A las siete de la tarde salió la Rondalla por unas calles engalanadas de fiesta. Una seña de Corrales Cerezo, y la Rondalla rompió con un pasodoble. Fue un momento inolvidable.

Después de un progresivo declive, a mediados del siglo XX la música popular seguntina está en pleno apogeo. Varias agrupaciones se hacían la competencia con sus cánticos por las calles de la ciudad. Fue en el año 1951 cuando Pepe Cerezo conforma con Pedro Pardillo, su amigo inseparable, la Rondalla Seguntina, que se echa a la calle en las navidades de aquel año con la intención noble de recaudar fondos para el Asilo de Ancianos de la ciudad.

Con el devenir de los tiempos la rondalla perdería fuelle, sobre todo en la década de los sesenta y comienzos de los setenta.  La afonía popular duró hasta 1978, cuando de nuevo Pepe Cerezo, siempre Cerezo, desempolvó partituras e instrumentos, y nuevamente ayudado por su amigo Pedro Pardillo recompone las trazas de la Rondalla.  Desde entonces hasta ahora ocho obispos fueron rondados el día de Navidad, que es cuando la Rondalla Seguntina esperaba al religioso a la salida de misa en el patio de la Catedral y acompañados entre coplas hasta su residencia. Pese a que el obispo ya no vive en Sigüenza, la Ronda goza de buena salud.

 

 

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